Cuba: Irma Castillo Vargas: «Mi cooperativa lo es todo para mí»

A pesar de ser pobre, conseguí encontrar trabajo, criar a mis hijos y que fueran a la escuela. Irma Castillo Vargas Oxfam trabaja con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), que incluye un programa plito para implementar la estrategia de género de ANAP en cinco provincias de Cuba. Este proyecto es financiado por la…
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A pesar de ser pobre, conseguí encontrar trabajo, criar a mis hijos y que fueran a la escuela.
Irma Castillo Vargas

Oxfam trabaja con la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), que incluye un programa plito para implementar la estrategia de género de ANAP en cinco provincias de Cuba. Este proyecto es financiado por la Agencia para el Desarrollo de Cánada (CIDA) y Oxfam Cánada.  Esta entrevista forma parte del libro “Voces y Rostros de 50 Campesinas Cubanas” de Yohanka Valdes Jimenez y Yuliet Cruz Martinez (Caminos 2009), que fue publicado como parte de este proyecto.

Irma Castillo Vargas nació en La Coaba, Guantánamo, provincia al este de Cuba. Pero su amor por Candonquita, dice, ha hecho de ella una autentica Santiaguera y los años dedicados al trabajo de la tierra, una integrante de ANAP y una autentica revolucionaria.

«Un día mi marido, que se había marchado a trabajar a la Habana, murió de repente. Me quedé sola con cuatro niños pequeños. Recuerdo que me pidieron que fuese a la capital con mis hijos para solucionar el tema de la pensión, pero no tenía dinero para el viaje. Así que decidí ponerme a trabajar en el sector agrícola, en los cultivos, recogiendo fruta, limpiando y haciendo otros trabajillos. Llevaba ahí cinco años cuando mi madre decidió unirse a la cooperativa e incorporar las tierras de la familia.

«Me llaman Revolución. La revolución me empuja hacia delante, porque vivo para ella. Soy una autentica revolucionaria, de corazón, alma y vida. La revolución me ha ayudado a no fracasar en la vida.

«A pesar de ser pobre, conseguí encontrar trabajo, criar a mis hijos y que fueran a la escuela. Tuve un televisor, lavadora y un ventilador. Tenía una casa grande de tres habitaciones, todas en un solo piso.

Y la cooperativa ¿Qué significa para ti?

«No hay sueño ni nada más grande para mi que la cooperativa “17 de mayo”. Aquí comencé como jornalera y aquí he vivido algunos de los momentos más importantes de mi vida. Trabajé durante 25 años y 9 meses como miembro de la cooperativa antes de jubilarme.

«Gracias a mi esfuerzo y sacrificio, he conseguido buenos resultados y he recibido varios incentivos, como el primer televisor de toda la cooperativa. Era la jefa de la brigada de trabajadores, la granja y, más tarde, de las obras. Durante ocho años dirigí a hombres mayores de cincuenta con la ayuda de otras dos mujeres: la cocinera y la gobernanta. Los jefes eran las mujeres. Yo era muy buena: conseguimos producir más de 54 toneladas métricas de caña de azúcar por hectárea».

¿Qué opinas de las mujeres líderes?
«Cuando una mujer trabaja y es líder, se siente mejor, más fuerte. Es capaz de hacer frente a problemas más rápidamente, con honor y esperanza.

En la actualidad, Irma forma parte del equipo de coordinación del Proyecto sobre  Género de ANAP .Trabaja con voluntarios y voluntarias, y comparte su experiencia con jóvenes

Fuente: oxfam.org.es